La urea de lenta liberación ruminal maximiza la síntesis de proteína microbiana y optimiza la fermentación ruminal, mejorando la eficiencia del ganado y la rentabilidad del productor.
La síntesis de proteína microbiana en el rumen es muy importante en los bovinos, ya que aporta hasta dos tercios de los aminoácidos absorbidos en el intestino y contiene una mezcla casi perfecta de los aminoácidos necesarios para producir carne. Por lo tanto, optimizar su producción debiese ser una prioridad. Sin embargo, para que esto ocurra de manera eficiente, es necesario que la energía proveniente de la fermentación de los carbohidratos (azúcares, almidón y fibra) esté disponible al mismo tiempo, o en sincronía, con el nitrógeno liberado a partir de la degradación de proteínas y/o fuentes de nitrógeno no proteico (NNP).
La urea es una fuente de NNP muy usada en la alimentación del ganado en crecimiento y engorda, debido a su menor costo en comparación con las fuentes de proteína verdadera (por ejemplo, harina de soya), pero que tiene la desventaja de hidrolizarse muy rápido en el rumen, elevando rápidamente las concentraciones de nitrógeno amoniacal (NH3-N). Si bien las bacterias ruminales que usan fuentes de energía rápidamente fermentables pueden capturar parte de este nitrógeno, gran parte de él será absorbido hacia la sangre, para luego ser metabolizado y excretado. Esto representa una pérdida en la eficiencia de la utilización del nitrógeno y, además, tiene un impacto negativo en la PRODUCTIVIDAD animal y el medio ambiente.
Por estos motivos, el uso de urea encapsulada ha cobrado gran interés, ya que esta reduce la velocidad de hidrólisis de la urea y proporciona un suministro constante de nitrógeno para los microorganismos ruminales, que sincroniza mucho mejor con la digestión de los carbohidratos. No obstante, no todas las ureas de lenta liberación son iguales. Nitroshure® ha sido específicamente diseñada para que la velocidad de entrega de nitrógeno sea más lenta que la urea, pero más rápida que la harina de soya, la cual no es capaz de entregar adecuados niveles de nitrógeno cuando los animales consumen carbohidratos rápidamente fermentables, como el maíz molido y la cebada (Figura 1).
En consecuencia, se logra una mejor sincronía entre el nitrógeno y la energía proveniente de la dieta, lo que maximiza la síntesis de proteína microbiana de alta calidad. Además, aumenta la masa microbiana y su actividad, por lo que hay un mejor uso de la materia seca, digestibilidad de la fibra y producción de ácidos grasos volátiles. Todo esto se traduce en una mayor eficiencia del ganado. A su vez, al ser una fuente concentrada de NNP, permite reemplazar fuentes de proteína verdadera menos densas, disminuyendo el costo de la ración y creando un espacio extra que puede ser usado para alimentar más energía, para un crecimiento más rápido, o para suministrar forrajes u otros ingredientes clave para el desarrollo de los animales.